La alfabetización no es una adquisición natural, sino el aprendizaje del sistema lingüístico y las estrategias de uso de un producto cultural naturalmente heterogéneo y diverso, la lengua oral y escrita, por lo que el desarrollo de la alfabetización depende de circunstancias sociales y culturales concretas.
El aprender a leer y escribir son adquisiciones fundamentales que todo niño debe poseer para desempeñarse en la sociedad .Y a la vez, son la base para la incorporación de gran parte de los conocimientos. La alfabetización inicial es un proceso mediante el cual el niño empieza a tener noción sobre las funciones de los símbolos escritos (letras y números) y del material impreso. Este proceso se concibe mucho más que la mera decodificación y codificación de lo impreso; son más bien formas de construir, interpretar y comunicar significados. Además, la influencia del medio en que se desenvuelve el niño y la del adulto, juegan un papel muy importante. Ya que cualquier tipo de aprendizaje no es nunca el resultado de un individuo aislado de su contexto. Todo niño va armando sus redes de pensamiento en relación a los otros que lo rodean, es con otros que el niño va complejizando su pensamiento.
Cuando un niño tomo un objeto y lo manipula, lo muerde o lo arroja, inicia un nuevo camino en que su cuerpo y fundamentalmente su mano es instrumento para dominar el mundo y así mismo. Pero si el niño no puede ejercer ese poder y queda en un posición pasiva frente al otro no podrá adueñarse de sus movimientos para escribir ni armar y desarmar palabras y sonidos ni romper saberes previos para adquirir otros nuevos.
Esta capacidad cognitiva, como cualquier otra destreza, no es adquirida por los niños en forma espontánea o automática. Es importante que, desde edades tempranas, los niños vayan ejercitando de forma paralela la conciencia fonológica y el manejo de su motricidad fina.
La motricidad es el control y organización de los pequeños movimientos musculares de las manos y los dedos, generalmente en coordinación con los ojos. Cuando los niños comienzan su enseñanza escolar es fundamental un buen control de la mano y de la motricidad fina, para el apropiado desempeño en la adquisición de la lectura y escritura. El desarrollo de la conciencia fonológica en niños pequeños no sólo favorece la comprensión de las relaciones entre fonemas y grafemas, sino que les posibilita descubrir con mayor facilidad cómo los sonidos actúan o se “comportan” dentro de las palabras. Se considera al desarrollo de esta capacidad cognitiva como un paso previo imprescindible antes de comenzar la enseñanza formal del código alfabético.
La propuesta didáctica en la que esté enmarcado su aprendizaje se debe desarrollar en un ámbito alfabetizador. Para leer al igual que para escribir, se requiere del conocimiento del abecedario y de la asociación con su correspondiente sonoro que son los fonemas (conciencia fonológica) .El aprendizaje de la escritura y lectura es gradual, por lo cual va evolucionando en la medida en que el niño va captando el principio alfabético. Debe considerarse los tiempos que necesitan los niños para el aprendizaje de la lectoescritura, teniendo en cuenta su desarrollo evolutivo y emocional. El niño en la escritura debe atravesar etapas previas antes de escribir alfabéticamente y comprender del todo la escritura. Luego deberá perfeccionar esa escritura respetando la ortografía y pudiendo sustituir su imprenta mayúscula por trazos más elaborados como son las cursivas.
Según lo anteriormente tratado, no hay un momento preciso en el cual se aprende a leer y a escribir, no todos lo hacemos con la misma facilidad ni fluidez, ni utilizamos la escritura o la lectura de igual forma o con idénticos fines, sino que este aprendizaje es un proceso que va construyéndose en la medida en que el desarrollo cognitivo de cada niño y niña permita hacerlo adecuadamente, por lo que existen muchas formas de llegar a estar alfabetizados, dependiendo también de las circunstancias sociales y culturales concretas de cada uno.
Desde las áreas de Psicopedagogía y Educación Especial se prioriza fomentar la adquisición de la misma empleando estrategias adecuadas a cada niño en particular, creando distintitos y diversos espacios, como el jugar ya que también se aprende de forma lúdica y creativa. De esta manera se les estará proporcionando a los niños el acceso a un mundo lleno de conocimientos y experiencias, con infinidades de oportunidades, que ayudarán en gran medida a su desarrollo en general, sobre todo en su capacidad de aprender y pensar.
La alfabetización podrá favorecer el acceso a actividades sencillas como leer los diarios, observar indicaciones, leer publicidades en las calles, escribir y leer cartas, enviar mensajes por medios tecnológicos, hasta actividades más complejas como ampliar los conocimientos del mundo.
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